Erika Winters, Inc.

ERIKA WINTERS, INC.

Interior Design, Building, Art, Life Style

“Our Home is the Finger Print of our Heritage and Consciousness”

-Erika Winters

Saturday, October 17, 2009

ERIKA WINTERS Y SUS MUEBLES QUE ENAMORAN / THE LOVE OF FURNITURE




Erika Winters ha trabajado durante años interviniendo muebles y convirtiéndolos en piezas espléndidas y confortables, tomando como principio el sacar de ellos su espíritu propio, con el fin de que adquieran una presencia única y transformen nuestro hogar. Al momento mismo de ver una pieza, Erika encuentra su carácter y reconoce su potencial, al instante siguiente, imagina la pieza terminada, y basándose en esa imagen, comienza a rediseñarla, tomando como materia prima al mueble, dándole la oportunidad de renacer y convertirse en una pieza única con carácter genuino, y mucha personalidad. Su relación con las piezas es instantánea, amor a primera vista, como una especie de instinto que le hace querer tenerla, transformarla y revivirla.
Son estas características lo que le hacen relacionarse tan estrechamente con los muebles y los espacios que diseña y decora, lo que a su vez logra que la gente pueda identificarse con ellos y tener ganas de disfrutarlos y vivirlos, compartir ese gusto con sus clientes y lograr que ellos se proyecten con ella a través de sus piezas, es decir, logran un entendimiento mutuo a través de la apreciación de la historia y del carácter divertido de las piezas. En sus propias palabras, “Tengo la suerte de trabajar para gente sensible! Y antes que todo, el primer cliente soy yo misma, el rigor y la constancia son mis herramientas”.

Erika Winters has worked for several years reconditioning furniture, converting it into wonderful and comfortable works of art. Erika starts by extracting the furniture’s essence and giving it a revitalizing quality, thus turning everyday surroundings at home into interesting and chic new spaces. When Erika sees a piece of furniture, she finds its character and recognizes its potential, and then immediately visualizes it as a finished piece. Next, she redesigns it, helping it to express itself, giving it a new lease of life and making it unique with a new personality. She has an instantaneous relationship with her work, it’s love at first sight. Instinctively, Erika desires to hold, transform and breathe new life into these objects. This brings Erika into very close contact with the furniture and the spaces which she designs and decorates. As a result, people can identify and enjoy living with them, sharing this taste with customers and enabling them to project themselves with her through the furniture, in other words, creating a mutual understanding through appreciation of the past and playful qualities of the pieces. As Erika says, “I’m lucky to work for sensitive people! And above all, I consider myself to be my own first customer.”

Las posibilidades de intervenir y revivir cada pieza son infinitas,no importa las condiciones en que estas se encuentren. Los muebles como las personas mismas se van deteriorando en su ajetreo diario, así mismo los valores que les fueron inculcados cuando pequeños van volviéndose obsoletos, y aunque ya no funcionen así en estos tiempos conservan sus vivencias calladas, marcadas por su uso y el paso del tiempo.

Sus muebles representan añoranzas de lo que pasamos, dejamos, pensamos, perdimos o dejamos pasar, esa calidez antigua de ciertos valores perdidos, ventajas positivas modernizadas, cierto conjunto de valores embonados con el futuro que lo ha alcanzado. Al rescatar, un mueble Erika lo hace vívido y moderno como su entorno, retoma algo que tuvo o sintió cercano para que de este modo aquel que se identifique con el mueble y su historia vuelva a gozarlo, convirtiéndolo así en una pieza única e importante para su casa, algo que nadie encontrará jamás en ningún otro lugar.

There are endless possibilities when reconditioning furniture, no matter its state of repair. Furniture and people are similar, daily wear and tear takes its toll. Values taught to us as children become outdated, and although they lose relevance as time goes by, they quietly keep their memory, marked by use and the passage of time. Her furniture shows the longing for what we have passed by, left, thought, lost or let go, that old warmth of certain values that have been lost, positively modernized advantages, a set of values fertilized with the furniture it has reached. When rescuing a piece of furniture, Erika makes it as vivid and modern as its surroundings, picking up on something that she had or felt near - so that anyone who can identify with it and its history can enjoy it again, converting it into something unique and important for their house, something that no-one will find ever, anywhere else.

Erika Winters vivió su infancia en la colonia Condesa frente a un hermoso camellón lleno de palmeras en una casa de 1935 aún habitada por su tía abuela de 104 años. Su adolescencia la vivió en la calle de Ámsterdam a unas calles del parque México, el cual era como una extensión de su casa, del mismo modo que el Bosque de Chapultepec y el Museo de Arte Moderno que por cierto en ese entonces no tenía rejas. Erika recuerda los paseos por el bosque a lado de su madre, los conciertos al aire libre los domingos en Ciudad Universitaria y “¡La maravillosa Lagunilla! Que es como un museo para mi. ¡Era otro México!” Son estas raíces algunas de las influencias que dejaron una huella espiritual en ella que muy seguramente son lo que la inspiran a trabajar del modo en que lo hace.

Erika Winters grew up in the Condesa neighborhood of Mexico City, opposite a beautiful palm tree lined avenue, in a house built in 1935, still lived in by her great-aunt who is 101 years old. She spent her teenage years on Calle Amsterdam, a few blocks from Parque Mexico which was like an extension of her house, like the Bosque de Chapultepec and the Museum of Modern Art – which had no railings in those days. Erika remembers walking through the woods with her mother, going to open air concerts in Ciudad Universitaria and “The Amazing Lagunilla Market, That’s also like a museum for me. It was a different Mexico City back then.” These are the roots of some her influences which have left a spiritual mark on her and which definitely inspire her way of working.

En los años 90 Erika Winters fundó Alquitrabe, una marca con la que se dedicaba a diseñar lámparas con objetos de uso diario, antiguos y viejos, logrando colocarlas en las mejores tiendas departamentales y de decoración de interiores del país. Con Alquitrabe exportó sus piezas a Argentina, España y Suiza; por mucho tiempo expuso y vendó en Costa Mesa California y en “SoHo” (Nueva York), en “La Galería Mark Shapiro”. En la actualidad ocasionalmente sigue realizando este trabajo pero ya no para clientes de tales dimensiones, si no de manera más exclusiva y en menor escala de modo casi artesanal.

Erika, con carácter perfeccionista desde pequeña se fue desarrollando dentro de la cultura, generando así una sensibilidad especial y un exquisito gusto por el diseño, lo cual le lleva constantemente a mejorar y desarrollar su trabajo con un estilo puro, limpio e inigualable, mismo que obviamente queda plasmado en cada una de sus piezas, listas para que cuando éstas quedan terminadas alguien se enamore inevitablemente de ellas, y casualmente siempre personas que las aprecian y valoran tal como lo que son, obras de arte, lo cual le permite desprenderse de ellas sin sentir dolor alguno.
El cometido de su trabajo es que éste reditúe en el disfrute cotidiano, que sus clientes saboreen visualmente y con el tacto la exquisitez del diseño y el material. En sus palabras, “Uno de mis objetivos es el lograr un ambiente desahogado y sereno, pero al mismo tiempo urbano y moderno.

In the 1990s Erika Winters founded Alquitrabe, a brand of lamps using everyday old and antique objects, placing them in the best department stores and interior decoration shops in Mexico. Alquitrabe products were exported to Argentina, Spain and Switzerland; they were exhibited and sold in Costa Mesa California and in “SOHO” (New York), in “La Galeria Mark Shapiro”. She occasionally still works with lamps but not for such large customers, but on a more exclusive and smaller scale. From a young age, Erika has been a perfectionist and grew up surrounded by culture, developing a special sensitivity and refined taste for good design. She continually strives to improve and develop a style which is pure, clean and unique, and this is reflected in each of her pieces of furniture so that once finished someone will be sure to fall in love with them, and as people appreciate and value them for what they are, works of art, she does not mind parting with them.

Eventualmente pretendo crear una conciencia de responsabilidad de reciclaje utilizando los materiales que nos admiten un uso adicional. Esto puedes observarlo en ¨The Patchworck Collection ¨ en donde reutilizo además del mueble, restos de tela para crear diseños arriesgados e innovadores.
Nunca veré la vida de formas aburridas, tengo que salir y ser parte de donde vivo. No puedo ver mi casa sólo como una maquetita, ¡que aburrido!, por eso juego con materiales, épocas y texturas, justo como somos los seres humanos, mezclas, creaciones de nuestro entorno y vivencias.
Mi aportación es crear una relación entre los valores y grandes diseños pasados, con la vida y diseño actual. Son muebles llenos de historia, sustentables, y lo más importante: de gran estilo, digamos una pieza artistica.

Erika wants her finished work to be enjoyed on a daily basis, for her clients to feast their eyes on the genuine products and feel their beauty. “One of my aims is to create a calm and uncluttered atmosphere…yet keeping it all in an urban and up-to-date state of mind. Eventually I intend to create consciousness on our responsibility to recycle, selecting materials that allow us additional uses. This can be seen in my new “Patchwork Collection”, where I reuse fabric leftovers in order to create bold and innovative designs. “For inspiration on this collection, and in all previous ones, I try to find all of the valuable aspects in my personal surroundings; it would be so boring to see my house built as a kind of factory model, so I play with different materials, epochs and textures that breathe life into a home; after all, we are also mixtures, individual creations of our environment and experiences. I feel my contribution is to create a relationship between craftsmanship from the past, and innovation of the present day, using furniture with historical meaning in order to produce a richer, value-added lifestyle”.










Erika Winters Design

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